Jorge
Luis Borges
Jorge Francisco Isidoro Luis Borges fue un escritor
argentino, uno de los autores más destacados de la literatura del siglo XX.
Publicó ensayos breves, cuentos y poemas
Fecha de nacimiento: 24
de agosto de 1899, Buenos Aires
Fecha de la muerte: 14
de junio de 1986, Ginebra, Suiza
Educación: Collège Calvin (1918)
Premios: Premio
Miguel de Cervantes, Premio Balzan, Premio Jerusalén, Premio
Mundial Cino Del Duca
CUENTO CORTO
Cuentan
hombres dignos de fe que hubo en El Cairo un hombre poseedor de riquezas, pero
tan magnánimo y liberal que todas las perdió menos la casa de su
padre, y que se vio forzado a trabajar para ganarse el pan.
Trabajó tanto que el sueño lo rindió una noche debajo de una
higuera de su jardín y vio en el sueño un hombre empapado que se sacó de la
boca una moneda de oro y le dijo: "Tu fortuna está
en Persia, en Isfaján; vete a buscarla". A la madrugada siguiente se
despertó y emprendió el largo viaje y afrontó los peligros del desierto, de las
naves, de los piratas, de los idólatras,
de los ríos, de las fieras y de los hombres.
Llegó al fin a Isfaján, pero en el recinto de esa ciudad lo
sorprendió la noche y se tendió a dormir en el patio de una mezquita. Había,
junto a la mezquita, una casa y por
decreto de Alá Todopoderoso, una pandilla de ladrones atravesó la mezquita y se
metió en la casa, y las personas que dormían se despertaron con el estruendo de
los ladrones y pidieron socorro. Los vecinos también gritaron, hasta que el
capitán de los serenos de aquel distrito acudió con sus hombres y los
bandoleros huyeron por la azotea.
El capitán hizo registrar la
mezquita y en ella dieron con el hombre de El Cairo y le menudearon tales
azotes con varas de bambú que estuvo cerca de la muerte. A los dos días recobró
el sentido en la cárcel. El capitán lo mandó buscar y le dijo: "¿Quién
eres y cuál es tu patria?" El otro declaró: "Soy de la ciudad famosa
de El Cairo y mi nombre es Mohamed El Magrebí". El Capitán le preguntó:
"¿Qué te trajo a Persia?" El otro optó por la verdad y le dijo:
"Un hombre me ordenó en un sueño que viniera a Isfaján, porque ahí estaba mi
fortuna. Ya estoy en Isfaján y veo que esa fortuna que prometió deben ser los
azotes que tan generosamente me diste".
Ante
semejantes palabras, el capitán se rió hasta descubrir las muelas del juicio y
acabó por decirle: "Hombre desatinado y crédulo, tres veces he soñado con
una casa en la ciudad de El Cairo, en cuyo fondo hay un jardín, y en el jardín
un reloj de sol y después del reloj de sol una higuera y luego de la higuera
una fuente, y bajo la fuente un tesoro. No he dado el menor crédito a esa
mentira. Tú, sin embargo, engendro de mula con un demonio, has ido errando de
ciudad en ciudad, bajo la sola fe de tu sueño. Que no te vuelva a ver en
Isfaján. Toma estas monedas y vete."
El hombre
las tomó y regresó a su patria. Debajo de la fuente de su jardín (que era la
del sueño del capitán) desenterró el tesoro. Así Alá le dio bendición y lo
recompensó.
POEMA
SOY
Soy el que sabe que no es
menos vano
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un Dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto singular
que el vano observador que en el espejo
de silencio y cristal sigue el reflejo
o el cuerpo (da lo mismo) del hermano.
Soy, tácitos amigos, el que sabe
que no hay otra venganza que el olvido
ni otro perdón. Un Dios ha concedido
al odio humano esta curiosa llave.
Soy el que pese a tan ilustres modos
de errar, no ha descifrado el laberinto singular
y
plural, arduo y distinto,
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.
del tiempo, que es uno y es de todos.
Soy el que es nadie, el que no fue una espada
en la guerra. Soy eco, olvido, nada.